Ángel Jiménez de Luis, editor del Gadgetoblog del Diario El Mundo, fue de visita a las oficinas de Google en Zurich (Suiza) y regresó con una serie de fotos que despiertan la más terrible envidia de las envidias. Alucina...........
La entrada a las oficinas es de lo más normalita. A primera vista, todo parece normal........
En la sala de relax para trabajores está prohibido utilizar el teléfono móvil o el ordenador portátil. La única actividad posible, además de descansar, es mirar los peces tropicales de los acuarios de la pared.
La sala de masaje es casi un santuario. Los sillones vibradores son gratuitos. Los que da el masajista hay que pagarlos, pero están subvencionados y son muy económicos. La compañía regala bonos de masaje, además, en fechas señaladas.
Las salas de reuniones del edificio tienen nombres sacados de series de televisión y películas famosas. Estos iglúes están en el área de la Guerra de las Galaxias y son auténticos refugios que han sido utilizados en misiones científicas en la Antártida.
Google es más que una oficina. Los trabajadores quedan en la sede para realizar actividades conjuntas y fiestas de forma periódica y no es raro encontrar grupos para prácticamente cualquier actividad o deporte, desde ciclismo hasta esquí alpino. Además del famoso 20% del tiempo de trabajo que cada uno puede dedicar a proyectos personales hay un 10% de libre disposición absoluta.
El tobogán conecta la zona de oficinas de la primera planta con la cafetería y el gimnasio. Para bajar a comer no hay que esperar al ascensor. A los recién llegados se les hace bajar por él para su presentación en sociedad. Tienen que llevar, también, un ridículo sombrero de colores durante unas horas.
El salón de agua es una zona de paz y relajación en el edificio. Hay sillones de masaje y la iluminación es mínima. Es el lugar idóneo para echarse una siesta o descansar antes de una reunión.
En cada planta hay al menos dos áreas de descanso con comida y bebida -por supuesto, gratis-. Refrescos, zumos y café, mucho café, pero también cereales, chocolates, helado, patatas fritas, fruta y una amplia selección de snacks saludables que intentan compensar el exceso de carbohidratos.
Las áreas de trabajo son siempre abiertas. Para tener privacidad durante una llamada hay que ‘encerrarse’ en una de las múltiples cabinas repartidas por el edificio. Todas las paredes del edificio tienen pizarras porque nunca se sabe en qué momento puede surgir una buena idea.
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